julio 08, 2012

Al borde del silencio


Palimpsesto de Arquímedes - Imagen de la Web
Al borde del silencio va un trasiego de pasos extraviados. Allí, a su vera, las formas son fantasmas que deambulan al ritmo de mis ojos. La melancolía anida en mis piernas y se sienten ganas de llorar el mundo ese que uno carga encima. El tiempo, invisible, es una brisa que te golpea la cara y te habla en misterios. Oráculo primigenio cantado por arcángeles profetas. Ya hay evidencia del dolor. Queda demostrado que existe y desde adentro de un cuerpo, que también existe, pide clemencia. Vastedad incalculable que viste al horizonte de calma y quietud, el silencio es Dios que te escucha cuando tú no te quieres oír, porque la verdad es trabajo arduo y a ti te corresponde preguntar y responder. Es el templo que somos y tememos. Ese espacio callado donde resuena cada paso y hace eco la voz, comprobando la vida que es. Palimpsesto inmemorial del origen del mundo. Su atemorizante inmensidad me posee, su espíritu me habita y me con-fundo con todo a mi alrededor. Es decir, soy yo y algo más, alguien más, muchos más. En el silencio duermen los sabios su sueño iluminado. El silencio es un ser inmutable, una espera perpetua; uno puede salir cuando quiera, pero hay que atreverse a entrar.

1 comentario:

alkerme dijo...

Pero entre silencio y silencio veo puertas abiertas será por el horizonte repleto de calma y quietud...

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