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| Morgan John - Relámpagos |
Llueve mucho. Especie de temblor del cielo. Desde abajo los ancestros nos sacudieron ya, la Tierra misma: la Madre. Ahora y aquí, no hay refugio para tanta desilusión. Acaso la conmemoración del diluvio suene a exhortación mayor. El rayo de luz escribe lo que truena el gigante, el Padre. Mandato, último, supremo... Ultimátum.
3 comentarios:
Gracias Veronika varias meses al mes te visito, maravillosa forma de escribir que es un deleite para mis sentidos. Frente al ultimátum esperemos que como lagrimas y dolores pasen las tempestades, y como arca de Noe seamos salvados por las muchas sonrisas que han acompañado las buenas obras de los corazones que se ensalzan en amor o en desamor pero deciden ser hermosamente humanos.
Hola Catalina! Muchas gracias por tus visitas y por la sonrisa que me sacaste con el comentario, pues, en el fondo, como Padre y Madre que somos, uno apuesta por sus hijos que son también nuestros hermanos... hermosamente humanos, como dices.
Sin una esperanza este mundo no tendría mucho sentido, así que un regaño del Padre y un empuje de la Madre es siempre "justo y necesario".
Un fuerte abrazo :)
Algo me dice que no se trata textualmente de una "lluvia a mares" como decimos por aquí. Algo hay detrás, como un desconcierto pero esperanzado porque después de la tormenta siempre llega la calma...
Un abrazo,
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