agosto 04, 2009

En tres días

Constellations I - Laurie Maitland
Y prescindir de lo concreto, estacionarme en el equilibrio íntimo de un momento sin mirar abajo porque no hay red que ataje lo inevitable, cerrar la puerta a los olores nauseabundos de la maldad, ignorar los vientres pegajosos que se arrastran al acecho de ingenuos descuidos en esquinas sin luz, taladrar el dolor hasta la médula sin dejar rastro delator, habitar la insensatez con la frente en alto y la ignorancia con modestia; zambullirme en la efervescencia de un clímax inesperado, coger al destino con las dos manos y torturarlo hasta que responda, surcar el insondable espacio imaginario y regresar al principio, trascender hasta la exageración con estilo minimalista, arremeter en el hondo e imperturbable silencio en que la noche se distiende a plenitud y asumir el sacrilegio de profanar la virginal quietud con sinfonía de lágrimas e interrogaciones, huir los pies del asfalto y la conciencia del molde rígido encaramada en una nota alta tras una nube polvorienta -avatar de libertad-, desenredar laberintos y mecer inquietudes para que duerman por siempre. Perderme en el instante en que se disipan las dudas, ese que me aparta de lo humano, que despeja el encierro, que lava la suciedad, que corta la falsa percepción del lente rayado que ve todo borroso.

Al segundo día, confieso de rodillas, yo pecador; olvido y resistencia.

Al tercer día despierto; y soy roca inamovible.

7 comentarios:

Verónica E. Díaz M. dijo...

Aquí estoy MUCHACHONES, parece la HORA "O"

Gusto de reencontrarlos...

Besos

Silencios dijo...

"Al segundo día, confieso de rodillas, yo pecador; olvido y resistencia."

MAGNIFICO como todo el escrito Veronika.
Bienvenida al reino de los sueños

Mis besos

Amaya Martín dijo...

Fantástico e inolvidable el viaje Verónica, con tres días así..quien necesita toda una vida??

Mil besos

manolo rubiales dijo...

En fin... Si fuera posible torturar al destino para sacarle las vergüenzas de vez en cuando, incluso para tomarnos la revancha de las maldades que están por llegar...

Vino y besos

Anónimo dijo...

"Coger al destino con las dos manos y torturarlo hasta que responda".

Yo no creo en el destino, pero si existise, creo que justo esto es lo que le haría.

Besos.

Verónica E. Díaz M. dijo...

El destino es un lugar común...

]MeGalOmAnIaCk[ dijo...

Cuando leo sencillamente me entran unas ganas arrechísimas de quemar todo lo que he escrito...

Cuando uno desea quemar su egolatría en semejante buen arte, es porque en definitiva, lo es.

Salut.

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