Camino

Cantiques-IV- Marc Chagall

La lluvia trae un golpeteo rítmico. La madrugada vagó por sueños inconscientes que se cremaron con la luz tenue del amanecer. A la Tierra parece haberle dado indigestión y se escucha un rumor intestino seguido de una gran queja; -¿qué le estaremos dando de comer a esta Tierra?-.

La lluvia continúa acompañando mi camino, escolta imprevista para otra despedida temporal. Las gotas de agua que rebasan la exigua barrera protectora de mi paraguas desechable hacen un efecto doble, por un lado apagan algunas chispas de pensamientos revoltosos, y por el otro riegan algunas preguntas deshidratadas que parecen provenir de cualquier sesión de psicoanálisis o de algún aprendiz de filósofo popular.

La lluvia cesa, pero sigue el gris y el camino no se detiene a esperar por mis respuestas, me ofrece, como premio de consolación, una línea, a veces recta a veces curva, que no tiene marcada fecha de expiración.

De tanto en tanto, como un boletín informativo urgente, con efecto de flash, algo, me pregunta por ti. El interrogatorio de rigor, casi las mismas respuestas de mi parte, variando un poco el tono según el trazo hormonal del día. -¿Dónde está? ¿Quién es?-.

¿El?. El es una incertidumbre, un fantasma, una invisibilidad, un rumor antiguo, una leyenda popular, una predicción a punto de vencer, el arrebato de una sirena enamorada, una publicidad engañosa, un ovni, la lágrima de un ángel misericordioso, un personaje de ficción, el recuerdo de una mente amnésica, el bostezo de una hormiga bilingüe, una alucinación esquizofrénica, el destello de una bombilla antes de quemarse, una teoría no comprobada, un espasmo infinitesimal, un grano de polen albino, un código secreto, la risa juguetona de un hada bebé, una señal desapercibida, el rastro espumoso de una estrella de mar en fuga, el instante mágico de una fecundación, el orgasmo de una mitocondria, el aleteo número 1.000.000 de una libélula, el misterio insoluble de las líneas de Nazca, el testigo desaparecido y mudo de la creación del mundo, etc., etc., etc.

La madeja se extiende gustosa, con una sonrisa burlona de mis habilidades para tejer puntos que te representen en tan variadas condiciones. El camino se muestra paciente y con una paz proveniente de sus entrañas va dejando mensajes a todo su largo, reafirmándose, confirmándome, “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Y yo sigo jugando a encontrarte y no perderte más….